30 min.
90 min.
120 min.
A diferencia de muchas tartas de queso que tienen una gran cantidad de grasa y calorías, esta tentadora versión horneada, llena de frutillas y kiwi, está hecha con ricotta y muy poca azúcar..
Ingredientes:
- 115 g de amaretti, desmenuzados
- 450 g de ricotta
- 3 huevos, separados
- 115 g de azúcar
- cáscara de 1 naranja pequeña, rallada
- 150 ml de crema batida
Preparación:
1Precalentar el horno a 160 °C (moderado). Enmantecar un molde desmontable de 20 cm y cubrir el fondo con papel manteca. Colocar una capa de amaretti sobre el papel y reservar.
2Poner la ricotta, las yemas, el azúcar, la cáscara de naranja y la crema batida en una licuadora. Licuar hasta homogeneizar y mezclar bien; echar la mezcla en un bowl. (Como alternativa, batir juntos los ingredientes con una batidora eléctrica). Cernir la harina sobre la superficie e incorporar con movimientos envolventes.
3En un bowl limpio, batir las claras hasta que estén firmes. Incorporar suavemente a la mezcla de queso. Verter en el molde, y emparejar la superficie con una espátula.
4Hornear 1 ¼ horas o hasta que esté ligeramente esponjoso, firme y dorado. Apagar el horno y dejar la tarta dentro 15 minutos; retirar y dejar enfriar por completo. Si se desea, refrigerar antes de servir.
5Retirar la tarta del molde y colocarla en una bandeja. Colocar encima las frutillas y el kiwi y espolvorear con azúcar impalpable. Cortar en porciones para servir.
Porciones:
10