25 min.
90 min.
115 min.
Comparada con la mayoría de los cheesecake, está versión es bien light, ya que usa queso cottage y ricotta en lugar del queso suave con alto contenido de grasa, y se aligera agregando claras batidas antes de hornear.
Ingredientes:
- 115 g de galletitas de agua
- 2 cucharadas de avena grande
- 55 g de margarina, derretida
- 200 g de queso cottage
- 200 g de ricotta
- 4 cucharadas de queso crema bajas calorías
- 1 huevo
- 2 huevos, separados
Preparación:
1Precalentar el horno a 180 °C (moderado). Cubrir el fondo de un molde desmontable de 21 cm de diámetro con papel manteca.
2Colocar las galletas en una bolsa de plástico y golpear con un rodillo hasta desmenuzarlas. Pasar a un bowl, agregar la avena y la margarina, y mezclar.
3Extender la mezcla en forma pareja en el fondo y los lados del molde preparado, presionando con firmeza, y reservar.
4Colocar el queso cottage en la licuadora y homogeneizar. Agregar la ricotta, el queso crema, el huevo entero, las yemas, la fécula de maíz y la ralladura de limón. Procesar brevemente hasta que se mezcle bien. Luego pasar a un bowl.
5Batir 2 claras a punto de nieve en otro bowl. Agregar lentamente el azúcar impalpable y batir hasta que esté espeso y brillante. Incorporar de manera envolvente la mitad de las claras a la mezcla de queso. Incorporar de manera envolvente las moras y el resto de las claras.
6Colocar la mezcla en el molde y hornear 30 minutos. Tapar con papel aluminio y bajar el fuego a 160 °C. Hornear 1 hora más o hasta que la tarta esté firme en el centro. Apagar el horno y dejar el postre dentro 30 minutos, con la puerta poco abierta.
7Pasar la tarta a una rejilla para enfriar y refrigerar hasta servir. Desmoldar, quitar el papel y colocar en un plato. Decorar con los arándanos y unas hojas de menta, y espolvorear con azúcar impalpable.
Porciones:
8