15 min.
12 min.
27 min.
¡No hay nada tan placentero como el aroma a scones recién horneados! Esta receta es muy rápida y fácil de hacer, y no requiere amasado ni cortar con cortapasta. En solo 15 minutos puede preparar estos deliciosos scones para la hora del té o incluso para acompañar un plato de sopa o ensalada en caso de un almuerzo liviano.
Ingredientes:
- 250 g de harina leudante
- 1 cucharada de cebollín fresco cortado con tijeras
- 1 cucharadita de tomillo fresco picado
- 1/4 cucharadita de bicarbonato de soda
- 40 g de manteca, cortada en trozos
- 55 g de queso cheddar bajas calorías, rallado
- 175 cc. de leche agria
- 1 clara de huevo, ligeramente batida
Preparación:
1Precalentar el horno a 230 ºC (horno muy caliente). Cubrir una bandeja para horno con papel manteca o rociar con aceite en aerosol o una cucharadita de aceite de oliva. Mezclar la harina, el cebollín, el tomillo y el bicarbonato de soda en un bowl grande.
2Frotar la manteca y la harina con las manos hasta que parezca arena. Incorporar la mitad del queso. Hacer un hueco en el centro y verter la leche agria. Mezclar con un tenedor hasta que se forme una masa suave y pegajosa.
3Colocar cucharadas colmadas de la masa sobre la bandeja para hornear, formando 18 montículos. Pintar con la clara de huevo y espolvorear con el queso restante. Hornear 12 minutos o hasta que leven y estén dorados.
Porciones:
18